En el atardecer sombrío
dos tórtolas, se acurrucan
sienten sus cuerpos fríos,
llega la noche oscura.
El sol, coge su manta
la luna, se levanta
y el cielo azul oscuro
de estrellas se llena, seguro.
La noche, llama a su amada
la luna, clarea la vaguada
el cielo , chisporrotea,
con la luz de las estrellas.
Entre sombras, ocultadas
por la noche clareada
ateridas en su rama,
dos tórtolas acurrucadas.
Poco a poco va ocultando
la cara la luna cansada,
las estrellas sus luces apagan
y el cielo oscuro, se aclara.
Poco a poco va surgiendo
de su lecho el astro excelso
el sol, con su cálida sonrisa,
deshace las sombras sin prisa.
En el amanecer esplendoroso,
todo renace a la vida,
el mundo es hermoso;
el cielo se llena de rojo.
Y encima de aquella rama
recibiendo la mañana,
aparecen soñolientas
dos tórtolas, acurrucadas.